La perforación del esófago durante la introducción anestésica de la sonda oro-gástrica, es una complicación poco frecuente que exige amplia experiencia del cirujano para resolverla por laparoscopia.

Los pasos a seguir en esta situación, son fundamentales para el resultado exitoso de la situación.

1º No retirar la sonda que produce la perforación hasta tener marcados los límites superior e inferior de la misma, mediante el primer punto de cierre de la perforación.

2º Cierre completo del orificio de la perforación mediante puntos sueltos de Vicryl.

3º Parche de fundus gástrico sobre la zona del esófago perforada.

4º Colocación de drenaje mediastínico, próximo a la zona suturada.

Siguiendo estos pasos y mediante una cirugía meticulosa, la perforación se comporta como una anastomosis esofágica, de excelentes resultados.

El incumplimiento de estos principios, puede transformar la perforación en una situación compleja e incluso dramática.


reflujo-esofagico-clb_1.jpg

La enfermedad del reflujo y la hernia de hiato, la padecen siete de cada cien personas en Europa.

Los síntomas de la hernia de hiato son: dolor, regurgitación de alimentos, incluso tos nocturna y faringitis, son bien conocidos por los que la padecen.

Desde la llegada de la cirugía laparoscópica, la operación se realiza por esta técnica. En nuestro caso desde 1992, siendo centenares las operaciones realizadas y hemos contribuido a popularizar este procedimiento.

Los métodos de diagnóstico, hoy en día están estandarizados, y el principal de ellos es la esófago-gastroscopia.

La cirugía, antes abierta, ahora por laparoscopia; también está estandarizada. La técnica que se viene realizando desde hace más de cincuenta años y que conocen todos los cirujanos, dando una tasa de curación que supera el 78%

¿Qué hacer con ese 22% que tras la cirugía no queda bien y en muchos casos se agrava su sintomatología añadiéndose la disfagia (dificultad para tragar) o el Esófago de Barrett?

Estos casos ya no son tan simples y si queremos curarlos exigen dos parámetros:

-Un cirujano con amplia experiencia en esta cirugía, especialmente en reoperaciones.

-Un equipo que pueda estudiar con precisión la causa del fracaso de



Iniciamos el año con la cirugía de G. O. paciente afecto de obesidad extrema (IMC 86) que nos sirve para realizar una serie de reflexiones de interés tanto para los posibles pacientes como equipos con menos experiencia en esta cirugía.

El resultado de la cirugía mantiene relación directa con el grado de la obesidad, cuanto mayor es el IMC (Índice de Masa Corporal) más dificultad tiene la cirugía; especialmente si este índice supera el 50 ( súper obesos) o el 60 (obesidad extrema) Y por consiguiente, mayor experiencia debe tener el equipo quirúrgico para obtener buenos resultados (pocas o ninguna complicación y correcta pérdida de peso)

¿Por qué es más difícil la cirugía en la obesidad extrema?

En primer lugar por la localización excesiva de la grasa abdominal (cuando es glútea es menor) que impide mover los instrumentos quirúrgicos, movilizar los órganos y realizar las anastomosis (empalmes)

En segundo lugar por el grosor y rigidez de la pared, que impide que lleguen los trocares al interior del abdomen (para solucionar esto los utilizamos extra largos) y que podamos mover estos instrumentos con comodidad. Cuanto más incómodo se trabaja, más difícil se hace la cirugía.

En tercer lugar porque cuanto más



Comentario sobre el cáncer colorrectal, publicado por el Dr. Jorge Esmeral de Costa Rica, uno de mis discípulos más aventajados, que me ha inspirado este post.

El cáncer de colon y recto es la segunda causa de muerte en Europa y Estados Unidos, siendo el cáncer del aparato digestivo más frecuente. Su posibilidad de curación mantiene una relación directa con la precocidad en el diagnóstico y los avances quirúrgicos (laparoscopia) y médicos (quimio-radioterapia)

Síntomas más frecuentes del cáncer de colon y recto

Dado que para diagnosticar esta enfermedad es necesario ir al médico, haremos un análisis de los síntomas más frecuentes que presenta (y ante los cuales debe acudir al médico), los métodos de diagnóstico y los tratamientos a realizar. Hay que acudir al médico ante:

1.- Sospecha de sangre en la deposición ya sea negra o roja.

2.- Cambio de ritmo deposicional: alternancia de diarrea y estreñimiento.

3.- Cambio en la forma de las heces: bolitas o forma de cinta.

4.- Necesidad de ir al baño defecando poca cantidad y seguir con ganas; o peso a nivel anal.

Se debe considerar la posibilidad de padecer esta enfermedad si hemos superado los cincuenta años y tenemos antecedentes de pólipos